I
Quiero escribirte sobre atardeceres y ausencias y gaviotas
Sobrevuela brevemente contra la bruma
o entre la niebla con tu caminar de arena
El sol se desploma sobre la isla mientras miras una piedra de mar
que zarpa y luego brilla rojiza en los postes del muelle
Los caballos se retiran cansados de los turistas
El atardecer nos alumbra y retrocede
se arremolina entre las gaviotas que calladamente te persiguen
II
Otras veces necesito las tardes plomizas
la cerradura de las nubes y otro minuto
alejado en la pesadumbre del desierto
Entonces la granada abierta y la ardilla
cortan el camino de los escarabajos
en la sobremesa dibujan dos colibríes
Así recorren la casa de abajo hacia arriba
grietas imaginarias y brizna y es tu nombre
III
Se demora el vuelo del otoño
Pero de pronto en la tarde del desierto
desaparecen las mariposas
y los arbustos reverdecidos
por la última lluvia de septiembre
se vuelven laderas verticales
En este contrapunto despiertan
una multitud de lejanías y gaviotas
IV
Para mí el tigre de la tarde
Para ti el jaguar deshabitado
Así penetramos la ausencia
Arca de nubes prematuras
que abren sus parpados y huyen
Espero la noche en el jardín
Esperas la noche desierta
Por el río suena el viento
contra las rocas grises
que se desmoronan en tu borde
Ábreme la puerta del instante
dentro de tus garambullos
Cierra las asperezas del día
alimentando a los colibríes
No hay comentarios:
Los comentarios nuevos no están permitidos.